
No utilizar los productos adecuados a nuestra piel: la piel cambia a lo largo de nuestra vida y con los años se va volviendo más seca y sensible, por lo que tu hidratante favorita puede no ser la más indicada pasado un año. Permanece atenta a las necesidades de tu piel y busca productos basándote no sólo en si es grasa, mixta o seca, sino también en si tiene rojeces, acné, manchas o primeras arrugas.
te ha salido de repente acude a tu dermatólogo para que éste valore los motivos de su aparición y utiliza productos específicos que también funcionen contra otras necesidades, como la falta de luminosidad o las primeras arruguitas

No utilizar productos anti-edad a partir de los 25: el proceso de envejecimiento de la piel comienza más o menos a esta edad, por lo que es importante que empieces a utilizar cosméticos que te ayuden a retrasarlo. Afortunadamente las firmas de belleza han reparado en el gran vacío de productos que existía para cubrir las necesidades de las chicas de 25-30 años y se están desarrollando muchos productos de cuidado específicos para combatir los primeros signos del envejecimiento.

Fumar: por si necesitas más motivos para abandonar este hábito tan malo, te informamos de que el tabaco también seca la piel, favoreciendo el desarrollo de arrugas más profundas, y apaga la luminosidad de tu rostro. Según un estudio publicado en la revista médica Plastic and Reconstructive Surgery, 10 años fumando son como 25 para la piel.